No contesto a Sora. Presiono la herida hasta que el dolor se hace casi inperceptible.
-S-si, estoy bien. -sonrío, levantándome. -Es la primera vez que entreno, entiendelo... ¡La próxima vez te daré una paliza en tu minino culo! -río. Observo entonces que sus zarpas han atravesado mi ropa. -Oh... genial... -gruño, observando las roturas del tejido. -Cómo si andara muy bien de ropa... -suspiro. -Me debes una sudadera. -le reprocho, arreglándome la coleta.