Casa de Sora, Barrio Kokonoe.

El barrio del Clan Kokonoe está situado entre el Clan Uchiha y el Clan Aburame a las afueras de la ciudad. Hay mas de 35 casas y un templo donde celebramos rituales.
La casa del centro y la más grande, es la mía. En ella vivo con mi abuela Shiraki (la líder del clan) y mi hermano mayor Ren.
Está hecha al antiguo estilo japonés y tiene un dojo personal para entrenar.
Mi habitación es en el lado de la ventana azul claro con un sol y se va oscureciendo a medida que llega a la puerta, simula un atardecer. Es bastante amplia, tengo varias estanterías con libros, un escritorio,un armario grande, mi cama doble, la cama de Nero y un gran piano. Al lado del piano hay una pequeña puerta por donde se accede al cuarto de la ceremonia del té, pero como en mi familia aborrecemos el té, yo lo utilizo como mi lugar de relajación, las puertas dan al patio de cerezos y hay varios sofás.

-¡Déjame en paz!- Cierro la puerta con un portazo. Cuando he salido de la academia, he decicido venir a mi casa para recoger unos cuantos shurikens y a por algo de comer, pero el recibimiento no ha sido caluroso.
Mi abuela me ha echado la bronca por no haber asistido al ritual de esta mañana. Nuestros rituales se basan en agradecimientos a los felinos por concedernos sus dones y termina con una ofrenda a la Gran Haineko, una diosa gato.
Llevo ya unos días saltandome los rituales, no porque me aburran, si no porque mi abuela los considera una especie de entrenamiento para mi, pues quiere que algun dia yo sea la líder del clan. Pero ella no entiende que no quiero seguir sus pasos, no quiero estar atada a Konoha, al deber de proteger a varias familias, al deber de transmitir los secretos de nuestra linea de sangre. Yo quiero ser libre. De repente, miro el reloj. ¡Joder! Hane-chan me estará esperando en el bosque, hace 1 hora que debería estar allí. - Cojo mi mochila y abro la ventana, rapidamente me encaramo al tejado y empiezo a saltar de tejado en tejado, dirección al bosque.




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(Tengo la tecla de las tildes jodida, a veces va y otras no, asi que lo siento por las faltas)

Llego al barrio del clan Kokonoe, y llamo a la casa más grande.
-Perdona... ¿está Sora-chan en casa? Había quedado con ella, pero no ha aparecido..

Estoy terminando de secar a Nero cuando tocan a mi puerta. La criada dice que tengo visita. Salgo al pasillo seguida de Nero y entramos a la sala principal.
Mi hermano esta hablando con Hane mientras a ella se le cae la baba.

-¡Hey Hane-chan!-Me siento en el sofá, Nero sube conmigo- Siento no haber aparecido, mi abuela me ha echado la bronca del siglo.

-Bueno yo tengo que irme, tengo que entrenar. Encantado de conocerte, Hane-chan -Mi hermano sale de la sala dejandonos solas

-En fin, ¿que te trae por aquí?

Me siento a su lado.
-Era por lo del bosque. Como no apareciste... Pero en fin, si te has peleado con tu abuela... -me encojo de hombros. -A propósito, Sora-chan... -sonrío malévolamente. -¡¿Quién era el que me ha abierto la puerta?!

Me entra una risa diabólica-histérica. Logro acallarla y me lanzo a abrazar a Sora-chan.
-¡Kyaaaaaaa! ¡¿Y con un hermano así no has pensado en el incesto?!

OFF: xDD

OFF: Que haces espiando?! Es una conversacion de chicas! xDDD

Off: , Seguid anda. xD

Sora-chan y yo hablamos un rato más hasta que me doy cuenta de que han pasado más de dos horas desde que me despedí de Yoniruke. Me pongo en pie de un salto.
-¡Ouch! ¡Tengo que irme Sora-chan! ¡¡Nos vemos en la academia!! -salgo pitando del salón y me choco de bruces con el buenorr-... el hermano de Sora. -¡Gomene, Ren-kun! ¡Tengo prisa! -y ahora si que salgo de la casa, del barrio, y casi de Konoha.

Tras dejar las armas en mi casa, darme una ducha y demás, voy corriendo a la casa de Sora-chan, a contarle mi... "aventura".
Llamo a la puerta con energía.

Estoy tocando el piano cuando la criada toca la puerta y hace pasar a Hane-chan a mi habitación.

-Ohayo Hane-chan. Te veo mala cara. ¿Ha pasado algo? -Me siento en mi cama y ella se desploma sobre uno de mis pufs.

-¿Qué si ha pasado algo...? -si tuviera fuerzas, me reiría. -Acabo de volver de acompañar a un Anbu en su misión de matar a un hombre, he corrido hasta ciudad Verona, me he metido en una taberna, casi me han secuestrado, le he dado una patada en la cara a un tío, me han encerrado en un Genjutsu, casi me han matado, he visto una batalla entre ninjas, he visto como mataban a un hombre, me he quedado sola en un bosque con un cadáver y un Anbu inconsciente, me he metido en la casa de un desconocido... y ahora estoy aquí. -sonrío. -¿Qué has hecho tú hoy, Sora-chan?

Intento asimilar todo lo que me ha dicho. Comparado con eso mi día ha sido una mierda. Ha visto morir a un tio...Se ha ido a una misión con un ANBU.

- Yo...yo...me he tocado los huevos, básicamente. He entrado con los shurikens y me he pasado el dia tocando el piano. ¿Pero como leches te ha dejado un ANBU acompañarlo a su misión?

-¡Jojojo! -río con orgullo. -Eso es porque tengo un nivel comparable al de un... Nah, yo tampoco sé porqué me dejó ir con él. -suspiro. -Probablemente el que ese Anbu esté ahora en el hospital es culpa mía... -me hundo.

- No digas eso. No eres una AMBU así que el único que cometió un error fue él al llevarte a la misión.

Intento animarla como puedo aunque esta hecha polvo.

-¿Te apetece dar una vuelta? Tengo que salir de esta casa. Ya sé, podemos ir al hospital a ver a ese ANBU. Ne, ¿que te parece?

Recobro un poco las fuerzas ante la expectativa de salir tranquilamente un rato.
-Vale... ¡pero tenemos que llevarle flores o algo!

Antes de salir recojo algunas ramitas de "Uña de gato" una planta que es buena para las defensas y muy curativa, mi clan la cultiva desde siempre.
Me despido de mi abuela y ponemos rumbo al hospital.

Llamo a la puerta y sonrío a Riku.
Sora-chan debe odiarme, me paso los días dándole el coñazo.

Oigo que tocan la puerta y me apresuro a abrir antes de que llegue la criada, seguro que es Ren. Le pienso cantar las cuarenta, me ha dejado plantada.
Nero me sigue a través de la casa, cuando llego a la muerta ya estoy maldiciendo a mi hermano.

- ...y mas te vale tener una buena excusa porque si no te sacaré los ojos y te mataré. - Cuando abro la puerta me encuentro a Hane y a otra chica que no conozco.

-Etto... -me rasco la nuca. Esperaba que me mandara a la mierda por estar todo el día dándole el follón, pero esto... es un poco exagerar, ¿no? -¡Gomene, Sora-chan! -me lanzo a abrazarla. -Es que... es que... vamos a visitar a Yoniruke al hospital y... y.. pensé que tal vez querrías venirte... -sollozo. -¡Lo siento por molestarte! -me aparto rápidamente de ella y hago varias reverencias en señal de disculpa.

-¿Q-qué? ¿Por qué? ¡¿Le ha pasado algo a Yoni?! -la zarandeo, histérica.

-No, tranquila, esta bien. Eso parecia cuando lo ví de camino hacía su casa, creo. Estaba dando una vuelta por los tejados cuando lo ví andando por la calle, así que supongo que le habrán dado el alta.- me zafo de sus manos cual gato.