Entrenando en el bosque! Hane y Sora

Llegamos al bosque y buscamos un claro para entrenar, por el camino le doy el follón a la callada Sora-chan.
-¿Sabes que anoche estuve a punto de irme a dormir al hospital? En mi casa no había nadie y me deprimí... que triste. -suspiro.

-¡¿En serio?! ¿Me podré colar en tu casa al estilo ninja? -me lanzo a abrazarla. -¡Arigato!
Llegamos a un claro.
-¡Genial, entrenamiento!-exclamo entusiasmada, con los brazos en alto. -... ¿cómo se entrena?

-¿Nunca has entrenado con tus padres? ¿O con tus abuelos? ¿Hermanos o primos?

Bajo la cabeza.
-No... Mis padres ni siquiera quieren que sea Ninja...

-Oh...Yo entreno con mi hermano Ren o con Nero. Cuando era pequeña tambien con mi abuela, pero deje de hacerlo cuando se obsesionó con que fuera la sacerdotisa del clan Kokonoe.¡Vamos! - sin darle tiempo a reaccionar le propino un puñetazo en la cara.

- ¡Pero esquivalo tia! Empezaremos con el taijutsu, después con los kunais y shurikens y por último si quieres practicamos los sellos. ¿Estás preparada?

Me froto la cara.
-Eh... ¿si? -afirmo, aunque suena más como una pregunta. Recupero la confianza. -¡Adelante! -intento alcanzarle con una patada dirigida al estómago.

Uf, casi me alcanza. Consigo esquivarla y contrataco, esta vez no consigo darle, ya esta alerta.

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Después de dos horas de entrenar las diferentes disciplinas ninja, nos sentamos al pie de un árbol a descansar.

- Es mejor de lo que me habías dicho, Nero. - digo mirando a una de las ramas que hay por encima de nuestras cabezas.

Miro en todas direcciones al oirla hablar.
-¿Eh? ¿Nero? -al no alcanzar a ver nada, giro al cara hacia Sora. -Sora-chan... ¿sufres algún trastorno psíquico? ^^U

La miro con cara de indignación.

- Baja

... Al no recibir respuesta me incorporo, concentro chakra en mis pies y subo por el tronco del árbol. Ahí esta Nero, mirandome fijamente. Me avalanzo sobre el en un intento de atraparlo pero es más rápido que yo.
Al segundo intento consigo cogerlo, no sin llevarme un mordisco de su parte. Bajo las ramas con pequeños saltos y llego al suelo.

- Saluda Nero

- Hola...

Me levanto de un salto cuando veo una voz saliendo de la boca del felino.
-¡Ostia! ¡Sora-chan...! ¡Tu gato habla! -me acerco al felino, que está en los brazos de la aludida. -¡Pero eres un maldito! ¡Casi me mato para atraparte cuando me lo mandó Yoniruke! ¿Crees que lo he olvidado, minino? -lo fulmino con la mirada, a una distancia prudente, lo suficientemente lejos como para que no alcance a sacarme los ojos. -Debería despellejarte ahora mismo... -gruño.

-Intentalo. Me dejé capturar.

- Un momento, aquí nadie va a intentar nada. - Que problematico que es este gato. - Hane-chan, los gatos de mi clan pueden hablar. Nosotros tenemos afinidad con ellos y podemos adquirir algunos de sus "poderes especiales". La leyenda de mi clan cuenta que una diosa gato le entregó este don a una pareja de nuestro clan hace mucho tiempo. Nuestra linea sucesoria nos permite ver con sus ojos y adquirir la forma y la agilidad de cualquier felino, así como la afinidad con 3 elementos.

Abro mucho los ojos.
-Vaya... los Kokonoe sois increíbles... -suspiro. -Mi clan es una mierda a vuestro lado... encima somos cuatro gatos... -miro enseguida a Nero. -Sin ofender.
Vuelvo a sentarme a los pies del árbol, de dónde me había levantado al ver al gato hablar.
-Para lo único que servimos es para... hacer cubitos. -gruño, recordando lo que me dijo Yoniruke. Sacudo la cabeza. -¡Por eso quiero ser ninja! -sonrío. -Demostraré que los Kuroi sabemos ser más que frigoríficos. -me sonrojo nada más decir eso. Que dramático me ha quedado eso... (Off: xDDDD)

-Bueno... -me rasco la nuca. -Yoniruke me dijo que no éramos tan débiles, pero... ¿qué leyenda?

-Mi abuela me contó que hace tiempo, un ninja que usaba el Hoyton(elemento hielo) aniquiló a una villa entera con monstruos de hielo. Era tan poderoso que ni los anbu podrían pararle, los que utilizaban el Katon eran los únicos que conseguian aproximarse si quedar congelados, pero aun así no duraban mucho. ¿Cuando fue? - le pregunto a Nero.

Nero se acurruca en mis piernas y comienza a hablar.

- Al parecer lo único que buscaba era venganza con uno de los líderes de la villa. Cuando lo mató a él y a su familia, desapareció sin más. Nadie sabe donde esta. Pasó poco después de que vosotras nacierais, recuerdo que Konoha mandó algunos ninjas de refuerzo.

-Vaya... -murmuro asombrada. -¿Dónde ocurrió eso? -pregunto, emocionada con la historia.

En una villa del pais del hielo - termina Nero

El tiempo parece detenerse un segundo.
-¿El p-país del hielo? -sacudo la cabeza, no sé porqué me parece extraño... Todos los Kuroi venimos de allí, asíque es lógico. -Bueno... ¿Seguimos con el entrenamiento, Sora-chan?

-Cuando quieras

Sonrío de lado.
-Empieza tú, Sora-chan... te doy ventaja. -me pongo en pie.

-Sorpréndeme, gatita.

Me pongo enfrende de mi oponente. Concentro chakra, hago los sellos y grito:

-¡¡Gijyuu ninpou, Shikyaku Haineko no jutsu!! ¡Ichi!

Inmediatamente mi cuerpo se transforma, tengo la apariencia de un gato semihumano. Mis orejas se han transformado, mi nariz tambien y de mi columna sale una cola cubierta de pelo. Mis ojos son capaces de ver como el chakra de Hane se concentra en sus puños debido al Hitomi no Neko, es una técnica parecida a la del clan Hyuuga pero más simple, no puedo ver los puntos de chakra ni como circula, pero si donde se concentra lo que me permite adivinar algunos golpes. Escucho a la gente de la villa hablar y huelo la comida que se esta preparando en una de las casas cercanas al bosque.
De un salto me encaramo a la rama de un árbol y salto sobre Hane, me esquiva por poco, pero con un rápido movimiento de mi cola reedirijo la dirección de mi ataque y le doy de lleno en el estómago. Saco un kunai de mi mochila y la rodeo con mis brazos, apuntandole directamente a la garganta.

Sonrío cuando Sora me atrapa. Tengo los brazos atrapados en mi espalda, pero consiguo crear una aguja de hielo con el chakra de las palmas de mis manos, usando como agua el sudor. Pincho a Sora en la pierna, procurando no hacerle mucho daño. Me suelta en un acto reflejo, llevándose las manos a la pierna.
Salto hacia atrás, para luego abalanzarme en el intento de propinarle una patada en un costado de su semi-felino cuerpo.