Retazos del pasado (Riku)

Las apariencias nos engañan, por ello no debemos juzgar con nuestros ojos sino con el corazón…
Mi historia no tiene principio, no se de donde vengo ni qué sentido tiene mi existencia:
-Soy natural de la Aldea Oculta de la Estrella, esta aldea se formó gracias a un meteorito que cayó en las cercanías 200 años antes. El meteorito emite una radiación que incrementa el chakra de la gente. El primer Hoshikage desarrolló un método para entrenar a la gente natural de la villa en el manejo de esta piedra, dándoles niveles de chakra descomunales. Todos los bebés de esta aldea eran bendecidos con el don de la estrella, todos… excepto yo.
A pesar del poder de esta piedra, no hay allí ningún ninja que merezca realmente el título. Ser Ninja está mal visto.
Vivía con mis padres, en una casa pequeña. Son algo mayores, mi madre tiene 55 años y mi padre 58. Soy hija única y, desde siempre, he querido ser Ninja, aunque mi padre era alfarero y no había ningún clan conocido en la villa. En mis ratos libres tocaba el violin de forma autodidacta. Nunca he tenido amigos, jamás supe el motivo. Supongo que yo no encajaba con esa villa, no me entendía nadie…Por algún capricho del destino recibí un regalo inesperado el día de mi undécimo cumpleaños…


OFF: NO COMENTAR

Segunda Parte de la historia de Askep.

Para entonces tenía el pelo muy revuelto y un aspecto de vagabundo, algo muy raro para alguien de mi edad (13 años). Hace ya tres años desde que salí de casa, y de la aldea, he comido de la caridad de la gente y de lo que he robado en algunos comercios.


Aquel día de mi llegada a las afueras de la aldea de la estrella, llovía. Jamas en mi aldea Jigoku habia visto llover, es normal cuando se vive bajo tierra. Pensé en pedir refugio en la aldea pero mi orgullo no me lo permite, y ademas, con estas pintas quien me va a cobijar. Ya estando cerca de la ciudad, tomé refugio en un pino, un gran árbol, que posee una gran capa de agujas lo que lo hace impermeable en gran parte. Cansado por la subida, sucio, mal oliente, y con hambre, me acurruqué cerca del tronco central esperando que cesase la lluvia y mañana robar algo que me pueda hechar a la boca.

Al día siguiente me desperté poco a poco, noté mi cuerpo seco y caliente, al abrir los ojos vi paredes, una gran havitación pintada con colores azulados, cuadros de montes y exóticos paisajes, no podía abrir más los ojos del asombro y lo mejor aun era la ropa nueva al pie de la cama y la bandeja de comida a su lado, lo primero al verla, fué lanzarme como loco a comer las manos no podian cojer la comida a la vez que la engullía. Despues de calmarme un poco y reflexionar me levanto y noto un gran dolor en la espalda que me hace caer en la cama de espaldas, lo que provoca un dolor que recorre desde la parte trasera de la cadera hasta el hombro derecho, a continuación palpo mi espalda con la mano derecha con un cuidado extremo. Otra vez en pie y recuperado del anterior ataque, me levanto ayudado de la pared y me dispongo a hacer suposiciones, y la única opción posible es que me quieran secuestrar, tengo que llevar mucho cuidado, quizas me quieran llevar de esclavo sexual para alguna rica vieja salir de la habitación con el motivo de saber lo que pasó anoche y lo que pasa ahora...

Al salir de la habitación me encuentro delante a una señora alta y delgada con un gran kimono de flores que parecía pesado, lo único que se me ocurre al verla es correr, pero el miedo me paraliza los pies, que se anclan al suelo como imanes al hierro. Pasan varios segundos hasta poder reaccionar, ante mi gesto de huida la mujer me grita:
-¡Porfavor detente!
Me quedo inmovil ante la voz de la mujer. Mis sentidos piden volver a oir ese sonido, ese sonido que emiten sus labios.
-¿Cómo he llegado hasta éste lugar?
-Te encontró mi marido, estabas herido e inconsciente. Él te trajo a casa, está fuera.
Mis sentidos se calmaron, era como un unguento regenerador, tanto tiempo sin contacto humano...

Entra en escena una pequeña niña de unos pocos años menos que yo, al verla, mi emoción crece y mis fuerzas flaquean.
Pierdo el conocimiento...

El día de mi cumpleaños llovía mucho, una gran tormenta castigaba a la aldea de la estrella. Mi madre y yo ya habiamos cenado, esperabamos a mi padre para soplar las once velas de la tarta pero no llegaba. Mi madré pensó que ya era muy tarde, así que encendió las velas para que las soplara y fuera a a dormir. Yo no queria acostarme hasta que llegase mi padre pero el sueño me vencía y los párpados me pesaban...
Cuando la última vela estuvo encendida cerré los ojos muy fuerte y pedí un deseo << quiero un amigo >> justo cuando fui a soplar, la puerta se abrió y una ventisca procedente del exterior apagó mis velas.
Mi padre entró empapado y con un bulto en su espalda. Mi madre fue a secarlo y le dio una ropa seca, yo me acerqué a ver qué traía mi padre. Allí estaba un chico algo mayor que yo y hecho un desastre.

- Padre, ¿quien es?
- Lo he encontrado de camino a casa, el chico estaba inconsciente en un árbol.
- Madre, ¡está herido! Tenemos que curarlo
- Dejaremos que descanse aqui esta noche, le prepararé algo de comida y ropa seca para cuando despierte.

Pasé toda la noche inquieta, tuve una pesadilla. Al día siguiente salí con mi padre al jardín a coger flores para nuestro invitado y al entrar en casa me di cuenta de que ya había despertado pero aun estaba debil y se desplomó en el suelo.
Lo acostamos en el sofá y fui a por un jarrón para poner las flores a su lado. Me paré un segundo a mirarlo mejor, ahora tenia mejor aspecto que la noche anterior. De pronto sentí una mano que cogia mi muñeca:

- Vamos, cariño, tienes que dejar descansar al chico -dijo mi padre- Cuando se encuentre mejor podrás hablar con él.

Antes de dejarlo solo, le dejé un osito de peluche que, según mis padres me contaron, tenía desde había nacido y era mi "ángel protector". Con once años que acababa de cumplir me sentí lo suficientemente mayor como para separarme de mi osito por fin.

Al despertar noto como un paño humedo me rocorre y refresca la frente. Me incorporo poco a poco intentando ver si continuo en una habitación, razonando el porqué de que sin conocerme, alguien, al parecer una familia, me esté cuidando.
Al vislumbrar el terreno que se extendía ante mi, una habitación, en la que me habia despertado anteriormente, estaba ha oscuras.
En plena noche, me dispongo ha examinar de nuevo el terreno, sin éxito en mi anterior reconocimiento, cuando por casualidad tropiezo con un objeto blandito, lo cojo con ambas manos, intentando averiguar con que clase de objeto he tropezado. Tras un rato de suposiciones a oscuras, deduzco que el objeto en cuestión es un osito de peluche. Dejo el peluche en el suelo y continuo mi aventura, y buscando la salida me golpeo con una pared de la habitación en la cara, que me hace caer de espaldas, al tocar con la espalda en el frío suelo, noto como un rayo de dolor recorre mi espalda y quedo inmobilizado, apretando los dientes y esperando que pase el suplicio.

Una vez superado el dolor me recupero poco a poco mirando hacia la ventana que anuncia un nuevo día, gracias a la luz natural que entra por ella, avanzo hacia la puerta y salgo de la habitación. Me encuentro en el pasillo donde antes perdí el conocimiento. En ese mismo momento se escucha un ruido que proviene del pasillo contiguo a este, así que, me escondo detras de uno de los grandes jarrones que adornan el pasillo. Al oirse gente, mi corazon se acelera, intuyendo aquello que durante varios años he añorado: el contacto humano.

Al mirar por encima del jarron, siento una presencia que ronda mis espaldas, me giro poco a poco esperando que sea algún raton jugueton al que expantar con la pierna. Para mi sorpresa es la niña que vi antes de perder el conocimiento.....

- Ohio! Me llamo Riku ¿Tu cómo te llamas?
Parece un poco asustado, pero finalmente dice con voz débil "Askep"
- No tengas miedo, solo quiero ser tu amiga y estoy segura de que tienes hambre. El desayuno está preparado, sígueme.
Dirijo a nuestro invitado hacia la cocina, ya tiene buen aspecto. Tengo muchas ganas de preguntarle cosas pero me contengo para no agobiarlo. Cuando terminamos el desayuno mi padre propone una excursión por la villa para enseñarsela a Askep.
Subo a mi habitación para prepararme y cuando bajo ya me estaban esperando. Caminamos durante toda la mañana, visitamos los lugares mas importantes de la villa y le enseñé a Askep mi escuela.
Así pasaron los días y los meses. Poco a poco se iba acostumbrando a nosotros, así como nosotros a él. Descubrí que era muy buen chico y por primera vez mis padres pudieron ver felicidad en mi.
Un día que mi madre y yo salimos de compras, mi padre habló con Askep:
-Askep, te has convertido sin darnos cuenta en un miembro más de esta familia. No pudimos dar hermanos a Riku y, por lo que veo, ella y tu congeniais muy bien. Quiero hacerte una propuesta, he enviado una solicitud al colegio de la villa y te han aceptado, de ti depende la decisión de quedarte o no. No te quiero obligar a quedarte para siempre, pero puedes contar con nosotros hasta que te conviertas en un hombre. ¿Qué me dices?

Despues de un tiempo, otros seis meses....
Llegó el tiempo de mi 14 cumpleaños, mi cumpleaños se celebró una mañana en casa......
Despues de los regalos típicos (ropa, y herramientas para la caza), me quedé a solas con el Patriarca de la familia,
el cual, me ofreció el mejor regalo que nadie puede esperar. Me ofreció la mano de su hija..... y que la boda estaría preparada en un año.....
-Me niego, no estoy preparado....
..............
-¡Nadie me va a obligar!
.........................

Despues de una acalorada discusión que iba en aumento según pasaban los minutos, me dirigí a mi cuarto dispuesto a marcharme. Recojo mis escasas pertenencias, recorro el pasillo de la casa, y voi a la cocina para cojer algo antes de irme.

Le explico a la madre de Riku lo ocurrido, noto en su cara el sentimiento de culpa, y me explica, que es una tradición, y que ella tambien estubo obligada. Ella entendía que éramos muy niños para comprometernos, y llegué a un acuerdo con ella: que Riku, nunca supiera el motivo de mi huida. El motivo era claro, no hacerle daño, y que su niñez no se viese afectada, puesto que la mia ya lo estaba.
Mi marcha fué con márcha rápida, y sin mirar atras, si hubiera mirado lo que dejaba atrás, no me hubiera marchado. La madre de Riku me miraba por la ventana, sin poder hacer nada y con la tristeza en forma de lágrima que asomaba por sus ojos.

Volvía a casa muy entusiasmada, era el cumpleaños de mi amigo Askep y, como nunca tuve ninguno, no sabía lo que regalarle. Tras mucho pensarlo decidí hacer un regalo a mano y que sirviera como símbolo de nuestra amistad, solo me faltaba ir a buscar un par de cadenas a alguna tienda y estaría preparado.
Por el camino me encontré con una figura, al reconocer su cara corrí hacia ella muy alegre gritando:
- ¡¡¡¡ FELIZ CUMPLEAÑOS ASKEEEEP !!!!
Al acercarme más, mi velocidad disminuyó y la expresion de mi cara dio un giro radical. Askep no sonreia y eso no era lo peor, llevaba una mochila como si se fuese de viaje.
- ¿Qué pasa...? - conseguí decir en un murmuro, era evidente que se marchaba pero no queria creermelo.
Askep no contestó, bajó la mirada al suelo y siguió su camino, evitándome.
Mi cuerpo no respondía, quería gritarle, pedirle una explicación, pero tan solo conseguí que las lagrimas se desbordasen de mis ojos. Acto seguido me giré y lo retuve por la espalda un instante:
- No entiendo lo que pasa, ¿te hemos hecho algo? ¿no te sientes agusto aquí? ¿por qué te vas? ¡DIME!
No hubo respuesta. Las lágrimas seguían cayendo descontroladamente por mis mejillas:
- Tu me has enseñado que no puedo retener a alguien a mi voluntad, así que aunque lo que mas deseo es que te quedes conmigo, no puedo evitar tu partida -sollozo.- Tan solo quiero que sepas que has sido mi único y gran amigo, por favor, acepta mi regalo de cumpleaños - saqué un colgante redondo con dos cadenas de la bolsita y lo separé en dos. - Esto es un colgante de la amistad, si te fijas tu mitad coincide perfectamente con la mia, así estaremos siempre unidos.
Noté una leve sonrisa en su cara y lo dejé marchar.
- Hasta siempre Askep -dije oprimiendo con fuerza mi colgante.
A paso decidido se iba la unica persona que pudo llamarme una vez "amiga".

Bueno, he de decir que ya está terminado, si quereis, ya podeis comentar!!!!

Mu bonita, si señor!

Te quiero papi! Muy chula!